LA SOLUCIÓN DEL KCK PARA LA COMUNIDAD YEZIDÍ. Una entrevista a Sozdar Avesta, miembro del Comité General Presidencial de la Unión de Comunidades del Kurdistán

En una extensa entrevista, Sozdar Avesta habla sobre la importancia de la historia y la cultura Êzîdî para Kurdistán y el Medio Oriente, los numerosos ataques a la comunidad Êzîdî en los últimos siglos, el genocidio de 2014, la necesidad de que la comunidad Êzîdî regrese a su patria, el éxito de hoy de la autoadministración de Sinjar y la resistencia de la población de Sinjar contra el acuerdo Bagdad-Erbil del 9 de octubre de 2020.

Mucha gente ha tenido conocimiento sobre los Êzîdîs1 a partir del genocidio cometido por el Estado Islámico (EI) en Agosto de 2014. ¿Qúe significa la cultura y la comunidad Êzîdî para Kurdistán y Oriente Medio?

Mucha gente hoy en día no sabe mucho sobre la sociedad Êzîdî. El 3 de agosto de 2014, el Estado Islámico llevó a cabo una masacre en Ezidxane, la región de origen de los Êzîdîs. En aquel momento tuvo lugar un brutal genocidio. La sociedad Êzîdî recibió una fuerte atención internacional a causa de las miles de personas que fueron brutalmente asesinadas o secuestradas por el ISIS y por las miles de mujeres que fueron vendidas en los mercados. Además, la resistencia en Ezidxan, que lleva desarrollándose ya desde hace siete años, también es un tema importante a nivel regional e internacional. Sin embargo, es evidente que la sociedad Êzîdî no puede entenderse únicamente sobre la base de lo que ha sucedido en los últimos años.

Los Êzîdîs son una de las comunidades más antiguas de Mesopotamia y Oriente Medio. Habitan en esta región desde miles de años antes de cristo. Es una sociedad cuyos miembros han hecho contribuciones significativas al modo de vida natural de la sociedad neolítica y a la revolución neolítica. Esto es una característica de la comunidad Êzîdî. Su religión tiene un carácter muy humanista. Se basa fuertemente en la creencia de que todo está lleno de vida. Esta comunidad está fuertemente conectada a su tierra y vive de sus cosechas. Practica la cría de animales y la agricultura y recolecta hierbas naturales.

Es una sociedad que ha vivido en esta tierra durante miles de años y ha dado vida a los valores de la humanidad. Antes del surgimiento del Islam, cuando solo había dos religiones monoteístas, los pueblos de Oriente Medio conservaban sus propias identidades, idiomas, tradiciones y creencias. Sin embargo, después de la expansión del Islam en la región, la sociedad Êzîdî fue la más afectada por la violencia de Islam. Esto se debe a que se hicieron intentos para cambiar la religión de los Êzîdîs y alienarlos de su fe. Por esta razón, fueron atacados con fuerza. Jinetes armados atacaron a pueblos enteros y ciudades de los Êzîdî y asesinaron a las personas que vivían allí. Mucha gente fue secuestrada en ese momento y brutalmente obligada a convertirse al Islam. La comunidad Êzîdî ha vivido en Oriente Medio durante miles de años. Siempre ha vivido dentro de los límites geográficos de Kurdistán. Cuando Kurdistán aún no se había dividido, los Êzîdîs vivían en un área que se extendía desde el este y el norte de Kurdistán [sudeste de Turquía] hasta el sur de Kurdistán y Rojava. Desafortunadamente, ahora no tenemos la posibilidad de mostrar las áreas de asentamiento de la comunidad Êzîdî en un mapa. También hay Êzîdîs en el este de Kurdistán a lo largo de la frontera con Armenia y en Rusia.

En Kurdistán del Norte, la mayoría han vivido en las regiones de Colemêrg, Batman, Sêrt, Mêrdîn, Viranşehir y Riha. Los Êzîdîs han vivido en Kurdistán del Norte durante mucho tiempo. Llaman a esta región «Welate Xalta» [«La Tierra de Xalta»]. Había 366 lugares sagrados en este área los llamados centros Qubey de los Êzîdîs. Estos también eran lugares de peregrinaje para la comunidad Êzîdî. Estos lugares eran parte de su identidad. En el sur de Kurdistán, los Êzîdîs todavía viven en las regiones de Colemêrg, Dohuk y Zaxo. Llamamos a esta área «Welata Sheikh» [«La tierra del Sheikh»]. El centro del Êzîdîsmo también se encuentra allí: el santuario de Laleş, que se conoce como un lugar de peregrinaje para los Êzîdîs. Van allí a rezar, ofrecen sacrificios y se limpian de sus pecados. También allí se encuentra el centro de conocimiento del Êzîdîsmo. Las principales autoridades de la comunidad Êzîdî como Baba Sheikh, Mala Miran y `los que tienen dos nombres` que sacrifican todo para servir a la fe Êzîdî se encuentran allí. Los Êzîdîs también viven en la región que se extiende desde Sinjar hasta Mosul. La región de Sinjar, especialmente el monte Sinjar, es un centro importante de Ezidxan. Esta región siempre ha estado poblada principalmente por Êzîdîs. Los Êzîdîs también viven en Rojava. Las áreas de Hesêkê, Amude, Tirbespiyê, Serêkaniyê hasta Efrîn y a lo largo de la frontera con Kurdistán del Norte son áreas de asentamiento Êzîdî.

El Islam y los gobernantes de la región atacaron repetidamente a las distintas sociedades del Oriente Medio. Especialmente a partir del siglo XIX y después del establecimiento de los estados naciones en la región. En aquel momento surgieron numerosos estados árabes. El lema de estos estados-nación era: un estado, una bandera, una nación y una religión. Después de su establecimiento, estos estados atacaron a muchas comunidades diferentes.

Las comunidades asiria, caldea, alevi y Êzîdî se vieron obligadas a abandonar su tierra natal. A raíz de esto, la sociedad Êzîdî se enfrentó a severos ataques. Desafortunadamente, hoy tanto el área de asentamiento como el número de Êzîdîs han disminuido enormemente. Esto se debe a que se han cometido innumerables masacres contra ellos. La mayoría de las masacres más graves contra los Êzîdîs fueron cometidas por el estado turco, especialmente después del establecimiento de la República Turca. En Kurdistán del Norte, el Êzîdîsmo estaba completamente prohibido en aquel momento. Los Êzîdîs no podían abrazar abiertamente su identidad. Sus lugares sagrados en el norte de Kurdistán fueron saqueados y destruidos. Especialmente desde mediados del siglo XX, la población Êzîdî que había permanecido en sus aldeas del Kurdistán del Norte estuvo prácticamente encerrada en sus hogares. La comunidad Êzîdî ha sido destruida, masacrada, desplazada y privada de sus pueblos y tierras de forma masiva. Su cultura fue fuertemente manipulada y su idioma fue prohibido.

Sin embargo, los Êzîdîs son la raíz del pueblo kurdo. No hablan un idioma diferente. Su idioma es el Kurmanci. Todas sus oraciones y libros sagrados como Zend Avesta y Mishafa Reş fueron escritos en Kurmanci. En el momento en que surgieron el Islam y su libro sagrado, la biblioteca de los Êzîdîs fue saqueada y destruida. Por lo tanto, la comunidad Êzîdî hoy tiene solo una historia escrita muy limitada, es decir, una historia holística y completa. Especialmente en el transcurso de los últimos 200 años, numerosos investigadores occidentales, europeos, de Estados Unidos y Gran Bretaña, exploraron las culturas de Oriente Medio. También se interesaron e investigaron sobre la comunidad Êzîdî. Sus investigaciones se basaban principalmente en fuentes orales.

Hay poca investigación basada en fuentes escritas. La razón fundamental es que los Êzîdîs no habían podido asistir a las escuelas públicas. Asistir a la escuela equivalía a negar su religión, fe y cultura y a distanciarse de ellas. Esto se les impuso en la escuela. Por lo tanto, hasta hace 40 años, pocas personas de la comunidad Êzîdî habían asistido a la escuela.

El surgimiento del Movimiento por la Libertad y las ideas y la filosofía de Rêber Apo [Abdullah Öcalan] han tenido un fuerte impacto en la sociedad Êzîdî en particular y rápidamente comenzó a organizarse según estas ideas. Rêber Apo había desarrollado previamente su filosofía de una vida libre, igualdad, libertad de todas las religiones y creencias, libertad de la mujer, vida natural y una sociedad ecológico-democrática en el norte de Kurdistán. Debido a estas ideas, el genocidio de los Êzîdîs y su asimilación cultural se redujo en el transcurso de los últimos 40 años. Esto se logró gracias a la resistencia y apoyo del Movimiento por la Libertad y las ideas de Rêber Apo. Hoy en día, todavía hay una comunidad Êzîdî en Kurdistán. Puede abrazar abiertamente su identidad Êzîdî y cuidar de sí misma. Este es el resultado de la lucha por la libertad del pueblo de Kurdistán. Anteriormente, se había jugado mucho con el sentido del honor de los Êzîdîs, no solo durante las masacres. Sus valores habían sido manipulados. Fueron excluidos de la sociedad y tratados con desdén. No se consumían sus alimentos y su cultura fue ridiculizada. Ni siquiera podían comprar o vender cosas.

Todo esto influyó muy negativamente en la comunidad Êzîdî y llevó a la comunidad a establecer una forma rígida y dogmática de vida. A pesar de todo esto, es una comunidad cuya contribución al desarrollo de esta región es enorme. Históricamente ha hecho un gran aporte en el campo de la lengua, la cultura y la defensa de los valores sociales.

Rêber Apo analizó en el pasado todo esto de manera muy exhaustiva. Ha hablado sobre como hoy en el entorno del Movimiento por la Libertad y como pueblo de Kurdistán, hemos vuelto a la vida sobre esta base y estamos luchando por la libertad. Por lo tanto, según Rêber Apo, le debemos mucho a las comunidades Êzîdî y Alevi, especialmente a sus mujeres, porque siempre han resistido y defendido la cultura, la lengua y las tradiciones kurdas. Han mantenido vivo el espíritu de resistencia hasta hoy.

Estos son los puntos clave que queríamos abordar brevemente para presentar a la comunidad Êzîdî. Es una comunidad resistente y venerable que tiene una tremenda fuerza de voluntad. En los últimos 200 años, se han cometido 74 masacres contra los Êzîdîs. Fueron expulsados de su tierra natal 74 veces, independientemente de la migración interna que existiera de todos modos. Especialmente después del establecimiento de la República Turca, los Êzîdîs fueron repetidamente expulsados y atacados. El régimen Baath de Saddam Hussein también siguió una política similar. También fueron expulsados de otras partes de Kurdistán. Por lo tanto, muchos Êzîdîs han abandonado Kurdistán. Para no perder su identidad y proteger su existencia, la comunidad Êzîdî siempre ha opuesto una enorme resistencia social.

En Europa, muchas fuerzas democráticas siguen el lema «¡Los refugiados son bienvenidos!» Y exigen que se permita a los refugiados huir a los países de la UE. Cientos de miles de Êzîdîs viven hoy en Europa. ¿Cómo evalúa la política de refugiados de los países de la UE, especialmente en relación con la comunidad Êzîdî?

Es evidente que una sociedad no huye voluntariamente. La existencia de los humanos está estrechamente relacionada con su tierra. En particular, la fe de los Êzîdî y la comunidad Alevi está estrechamente relacionada con esta región. Su fe es parte de Kurdistán y Oriente Medio. Cuando son desplazados de su tierra natal, no solo abandonan su tierra. Más bien, toda su existencia corre un gran peligro. Las sociedades y países de Europa, pero también de otras partes del mundo, consideran a las comunidades afectadas sólo como refugiados. Algunas de estas sociedades expresan abiertamente su empatía con ellas. Su objetivo es solo abrir la puerta a estos refugiados y asimilarlos. Esta política es muy peligrosa e incorrecta. Conduce a la destrucción de los valores humanos. Se debe permitir que las sociedades en cuestión permanezcan en sus países de origen y vivan donde están sus raíces. Las hierbas que son plantadas en un suelo ajeno no pueden florecer como lo hacen en el suelo en el que están familiarizadas. Lo mismo ocurre con las sociedades humanas. Una sociedad que es desplazada de su patria se vuelve dependiente de los gobernantes, de los estados-nación y de las potencias globales hegemónicas. Después estos poderes usan a esta sociedad a voluntad para sus propios intereses.

La política que se sigue hoy en este contexto se basa en intenciones muy equivocadas. La intención es la asimilación. El objetivo es utilizar a la juventud de estas sociedades, es decir, la inteligencia de la juventud de la sociedad, para los intereses y el poder de ciertos estados. No son aceptados en países extranjeros para proteger sus derechos. En su pregunta, mencionó que se había hecho popular un eslogan: “¡Damos la bienvenida a los refugiados! Abrimos nuestras puertas y les damos la bienvenida a nuestro país ”. Pero para las sociedades afectadas la situación es bastante diferente. Poco después del inicio de los ataques del ISIS contra la comunidad Ezîdî el 3 de agosto de 2014, Ezidxan quedó completamente rodeado.

Desde Başik y Bazán hasta Sinjar, todas las aldeas Êzîdî en el sur de Kurdistán fueron rodeadas. En ese momento tuvo lugar un brutal y masivo ataque. El ISIS secuestró a decenas de miles de mujeres y niñas. Mucha gente murió de sed en aquel momento. El destino de unas 3000 personas aún no está claro. Nadie sabe si siguen vivas. No está claro a dónde se vendieron. Los estados poderosos de este mundo no ayudaron a la comunidad Êzîdî en aquel momento.

Me gustaría dar un ejemplo concreto: estaba, concretamente el pueblo Êzîdî de Koco. El pueblo entero estuvo rodeado por el ISIS durante diez días. El Estado Islámico reunió a todos los aldeanos en la escuela del pueblo y les dijeron: “Si reniegas de tu fe y te conviertes al islám; es decir, si prometes frente a la cámara que renuncias a tu identidad Êzîdî, dejas tu tierra natal, te conviertes en musulmán suni y te sometes a la bandera del Estado Islámico, entonces no te mataremos ». Algunos de los aldeanos atrapados allí lograron contactar secretamente con el mundo exterior a través de sus teléfonos móviles. Dijeron: “Si dentro de 24 horas determinadas fuerzas intervienen y nos liberan, podremos seguir con vida. Pero si no nos liberais, el EI nos decapitará a todos. Nos dijeron que teníamos que profesar convertirnos en musulmanes, pero nos negamos. Por eso nos matarán a todos”. Pero nadie respondió a su llamada de ayuda. Los mismos aldeanos enviaron otro mensaje: “Si no pueden salvarnos, solo tenemos una solicitud: envíen sus aviones y bombardeen el lugar donde nos hospedamos. Que nos maten a nosotros y a los combatientes del EI. Porque bajo ninguna circunstancia queremos caer vivos en manos de ISIS y negar nuestra fe”. En ese momento, potencias como Alemania, Francia, Estados Unidos, Inglaterra, Irak y el gobierno kurdo del sur no vinieron a rescatarlos. Irak y el gobierno kurdo del sur habían traicionado previamente a los Êzîdîs y habían huido de Sinjar. Tampoco bombardearon ni mataron a Êzîdîs [en la aldea de Koco]. Simplemente no ayudaron.

Pero desde hace siete años, esta misma comunidad Êzîdî ha estado resistiendo, con escasos recursos. Solo las fuerzas armadas de nuestro Movimiento por la Libertad, las Fuerzas de Defensa del Pueblo HPG y las Unidades de Mujeres Libres YJA-Star, y las YPG / YPJ se apresuraron a ayudar a los Êzîdîs en aquel momento. Intervinieron las fuerzas de autodefensa de la autoadministración de Rojava. Al mismo tiempo, las HPG llegaron a Sinjar desde las montañas libres de Kurdistán para ayudar. Aproximadamente 10.000 personas también resistieron en el monte Sinjar. Codo con codo con la guerrilla, estas personas iniciaron una nueva etapa y empezaron a resistir.

Paso a paso, liberaron a todo Sinjar y sus alrededores del ISIS a pesar de sus escasos recursos. Las personas que resistieron en el monte Sinjar fueron sometidas a un embargo por parte de EI, así como del KDP. Durante meses sufrieron hambre y sed en la montaña. Decenas de niños murieron de hambre y sed. Nadie les ayudó. Sin embargo, las posibilidades de brindar ayuda eran diez veces mejores que ahora. La tecnología más moderna estaba disponible para las diversas fuerzas. Con sus recursos, podrían haber enviado comida, agua, armas y soldados. Podrían haber ayudado. Pero no lo hicieron. ¿Qué hicieron en su lugar? Muchas personas habían entrado en Rojava a través de un corredor abierto por el Movimiento por la Libertad y desde allí se habían trasladado al sur de Kurdistán. Solo allí algunas personas se volvieron activas. Bajo el lema “Nos ocuparemos de los refugiados”, el KDP exigió entonces la ayuda de los estados antes mencionados. La ayuda proporcionada por estos estados fue utilizada por el KDP para sí mismo y para su propio beneficio.

Hoy en día, decenas de personas todavía mueren en los campos de refugiados que se establecieron en el sur de Kurdistán en ese momento. Se quitan la vida. Hombres y mujeres jóvenes, pero también ancianos. Todos los días se enfrentan a grandes peligros en estos campamentos. Decenas de veces se han incendiado sus tiendas. Una y otra vez se ven sometidos a una presión masiva en los campamentos. Pero nadie protesta contra esta situación. Por lo tanto, la política actual con respecto a los Êzîdîs es incorrecta e inmoral. Tampoco sirve a los intereses de la comunidad Êzîdî ni está de acuerdo con los derechos humanos. El único objetivo de esta política es desplazar a la comunidad Êzîdî, expulsarlos de su tierra natal, traerlos a los países antes mencionados, usarlos allí como esclavos y usar la energía de la juventud de esta sociedad para sí mismos. . Por tanto, esta política con respecto a los refugiados no se ajusta a los principios de la ONU. De todos modos, la ONU es una institución que fue construida por los estados mencionados y está bajo su control. Usan la ONU para sus propios intereses.

Hasta el día de hoy, los Êzîdîs no han recibido la asistencia necesaria. Hasta ahora, más de 100.000 miembros de la sociedad Êzîdî han regresado a Sinjar y se han organizado. Han establecido su propio Consejo Popular de Autoadministración Democrática. Este Consejo Popular ha estado activo durante siete años. También se han establecido en Sinjar un movimiento de mujeres y un movimiento de jóvenes. Hoy existe un partido político Êzîdî. Existen numerosas instituciones como la administración de la ciudad, escuelas, instituciones culturales e instituciones de derechos humanos. La gente de Sinjar se gobierna a sí misma hoy. Son los dueños de Sinjar. Han dado cientos de mártires hasta que alcanzaron el nivel actual. Quien quiera apoyar a Sinjar hoy debería ayudar a los Êzîdîs a permanecer en su tierra natal y a vivir allí. Entonces, más que ayuda material, ayudarlos significa reconocer los derechos de la comunidad Êzîdî, es decir, su derecho político a la autonomía. Si los Êzîdîs hubieran sido autodeterminados, se hubieran gobernado a sí mismos y hubieran podido defenderse y no hubiera sucedido el genocidio de 2014. Entonces no habrían huido, sino que se habrían defendido y se hubieran quedado en su tierra. No habría habido tanto dolor ni habría ocurrido esta gran masacre.

En Sinjar, la población local Êzîdî desde hace siete años ha ido potenciando su propia autoadministración democrática. Al mismo tiempo, una gran parte de la comunidad Êzîdî ahora vive en el extranjero. ¿Qué soluciónproponéis para el futuro de la comunidad Êzîdî?

En la forma del KCK, Reber Apo ha desarrollado un paradigma para todo Oriente Medio y toda la humanidad basado en la ecología, la democracia y la libertad de las mujeres. Son numerosos los pueblos que han sido excluidos del sistema estatal, cuyas creencias e idiomas han sido prohibidos y cuya existencia no ha sido reconocida en lo más mínimo. Son precisamente estos pueblos los que pueden expresarse y vivir en el sistema KCK. Es un sistema democrático y comunal basado en la idea de Nación democrática. Con la filosofía de una vida libre y el paradigma de la Nación Democrática, todos los pueblos de la región pueden convivir – sin construir un estado, sin un idioma único y sin una bandera única y sin que solo una pequeña parte pueda vivir en el país. país. Como KCK, consideramos que esta es la mejor solución para todas las sociedades. Por eso luchamos.

Basándonos en esta ideología, idea y filosofía, hemos pedido a nuestra comunidad Êzîdî que regrese a su país. En vista de su pregunta, me gustaría repetir nuestro llamado: una gran parte de la comunidad Êzîdî ha huido de Sinjar y ahora vive en campamentos en el sur de Kurdistán, pero también en Europa. En el transcurso de los últimos 200 años, un cierto número de Êzîdîs también se han ido a Armenia, Georgia, Rusia, es decir, a la región del Cáucaso. No importa dónde vivan los Êzîdîs hoy, su existencia está estrechamente relacionada con el suelo sagrado de Ezidxane. Les pido a todos que regresen a su patria y construyan allí su propia sociedad democrática y su autoadministración democrático-comunal. Ellos mismos deben convertirse en dueños de su patria, gobernarse a sí mismos, defenderse y sostenerse sobre la base de su propia economía. Han vivido en su propia tierra durante miles de años. Hoy, deben volver a él y vivir allí. Esa es la solución que proponemos.

Creemos firmemente que esta es la solución más democrática y libre, que proporciona la mayor igualdad para toda la sociedad. Especialmente las comunidades Êzîdî y Alevi son comunidades naturales que son inseparables del suelo del Kurdistán. Por eso, repito una vez más: sólo pueden manifestar su propia existencia y defenderla si viven en su tierra natal. Si abandonan su país, serán asimilados y, por lo tanto, experimentarán una gran pérdida. Hay muchos ejemplos de esto en el pasado. Las mujeres de Ezidxan, es decir, las mujeres de la comunidad Êzîdî ocupan un lugar sagrado y muy significativo. Durante miles de años, las mujeres de esta comunidad fueron consideradas compañeras de por vida.

La mujer siempre ha ocupado una posición en la sociedad que hizo que todos la consideraran como la fuerza que resuelve los problemas sociales. En caso de conflictos, la gente se dirigía a las mujeres mayores de la comunidad. Su papel social permitió a las mujeres desarrollar ideas y soluciones para los problemas existentes. Al mismo tiempo, defendía el idioma, la cultura y los valores de la sociedad. Pero el desplazamiento le robó todo esto y aumentó alarmantemente la influencia de otras religiones sobre los Êzîdîs. Incluso hoy, podemos ver cómo a pesar del número relativamente pequeño de Êzîdîs que se han quedado en Ezidxane y Sinjar, las mujeres y los jóvenes han estado al frente de Sinjar durante siete años. Cuando las mujeres de Sinjar sintieron el olor de la libertad, inmediatamente comenzaron a participar activamente.

Esto lo podemos ver durante el período de formación del Movimiento por la Libertad. Ya en 1989, una mujer joven Êzîdî de Kurdistán del Norte Binefş Agal, conocida como Bêrîvan, opuso una resistencia heroica, mostró una gran voluntad de sacrificio y cayó como una mártir. Heval Bêrîvan se convirtió así en un símbolo para todas las mujeres resistentes y patriotas de Kurdistán y para el retorno a la patria. Heval Bêrîvan también se había familiarizado con el Movimiento por la Libertad y las ideas de Rêber Apo en Europa y había decidido regresar a su tierra natal. La actitud de Bêrîvan representa la actitud del Êzîdîsmo. Representa la decisión de resistir, de volver a tu tierra natal, de ser autosuficiente y de no exigir nada a nadie. Por eso mismo, las mujeres de Sinjar hoy han construido su propio movimiento autónomo y sus propias instituciones. Con la Unidad de Mujeres de Sinjar (YJŞ), han construido su propia fuerza de autodefensa. Hoy las Unidades de Resistencia de Sinjar (YBŞ) y las YJŞ defienden Sinjar.

En la actualidad, Sinjar se enfrenta una vez más a una gran amenaza. Porque el 9 de octubre de 2020, Irak, el KDP y Turquía acordaron un acuerdo sobre Sinjar. Así queda demostrado que estas fuerzas quieren una vez más alejar a Sinjar de su población, romper la voluntad de Ezidxane, esclavizar a los Êzîdîs y ponerlos bajo su control. Por tanto, quieren disolver las autodefensas y el Consejo Popular de Autogestión Democrática en Sinjar. Quieren destruir las instituciones autónomas de mujeres, el movimiento de mujeres y el movimiento juvenil para que la comunidad Êzîdî pueda ser desplazada una vez más. Desde el 9 de octubre de 2020, la sociedad de Sinjar se ha resistido al acuerdo Bagdad-Erbil. Defiende sus instituciones, su existencia, su patria, sus lugares sagrados, sus mártires y sus valores. Sin esta fuerte resistencia, el acuerdo del 9 de octubre ya se habría implementado y todos los Êzîdîs habrían sido expulsados ​​de Ezidxan. Por lo tanto, todas las fuerzas que defienden los derechos humanos deben presionar a los estados involucrados. En particular, los países europeos, la UE, la ONU y sus instituciones de la sociedad civil. Si no pueden ayudar en el terreno, deben presionar a ciertos estados desde el exterior. Especialmente sobre el régimen fascista y dictatorial de Erdogan y Bahceli.

Este régimen sigue una política de genocidio contra todos los kurdos, especialmente contra los Êzîdîs. El estado turco ha atacado repetidamente a Sinjar en los últimos años. Numerosos habitantes de Sinjar han sido asesinados por las bombas de los aviones de combate turcos. Se debe presionar a este régimen para que detenga sus ataques contra Sinjar y Êzîdxane. También se debe ejercer presión sobre el KDP y su política regional de mente estrecha, que no se preocupa más que por los intereses de su propio partido. El estado iraquí también debe pagar su deuda por no cumplir con su deber durante el genocidio de 2014. Puede hacerlo reconociendo que Sinjar es autónomo y democrático, que pertenece al pueblo de Sinjar y que desarrolla sus propias soluciones.

Nuestro Movimiento por la Libertad, el KCK y también las ideas, la filosofía y el liderazgo de Rêber Apo han contribuido en gran medida al hecho de que el Êzîdîsmo haya encontrado su lugar en la humanidad de hoy. Hoy, los Êzîdîs pueden decir claramente: «Existimos». Servimos a nuestra sociedad. Defenderemos y cuidaremos nuestra sociedad. Esto es necesario para que nuestra comunidad pueda existir finalmente como parte del mosaico de Oriente Medio porque Kurdistán sin Sinjar, Sinjar sin Ezidxan y Oriente Medio sin estas sociedades antiguas y originales son inimaginables. Todos aquellos que quieran brindar apoyo deben tener en cuenta estos hechos y actuar en consecuencia. Por tanto, se pueden dar nuevos pasos. Quienes tienen esto en cuenta y actúan en consecuencia pueden convertirse en una fuente de soluciones. Entonces, todos los refugiados Êzîdî que actualmente no viven en su tierra natal también podrán regresar y vivir aquí. Me gustaría repetir mi llamado una vez más: la libertad, la igualdad y la democracia solo se pueden lograr bajo el liderazgo de la mujer en el suelo sagrado de un Sinjar libre. Nuestra gente tiene la fuerza de voluntad y los conocimientos necesarios.

Hoy, el Sinjar de 2014 es cosa del pasado. Ahora, en 2021, Sinjar posee la idea de libertad y una enorme cantidad de conocimiento. Sinjar defenderá sus valores. La comunidad Êzîdî vivirá una vida libre basada en sus propios valores en esta tierra sagrada mientras los kurdos, el Kurdistán y Oriente Medio exista.

1 Êzîdîs, Êzîdîsmo, Ezidxan son las expresiones en kurmanci para Yezidiés, Yezidismo y tierra de los Yezidíes.

Descargar documento en PDF

Propuesta del KCK para los Yezidíes versión PDF

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s