
El año que acaba pasar ha estado marcado por una sucesión de catástrofes, y ha visto el surgimiento de una fuerza mortal que ha devuelto al mundo a los tiempos oscuros del pasado; me estoy refiriendo al ISIS que amenaza como una bestia feroz sobre Oriente Medio en busca de una presa que devorar. Sus orgía sangrienta decapitando, practicando ejecuciones públicas, amputando, violando a las niñas, comerciando con cuerpos y órganos humanos, imponiendo la esclavitud sexual y destruyendo el patrimonio histórico antiguo, ha horrorizado a la humanidadm, sin embargo ISIS se las ha arreglado de alguna forma para inspirar a jóvenes desmotivados y descontentos de comunidades alienadas de todo el mundo. Como resultado de sus brutales actividades, han brotado ríos de sangre humana de tal forma que no se veía desde las Cruzadas. El catálogo de atrocidades seguirá creciendo en 2015 a menos que las fuerzas de la humanidad estén determinadas en eliminarlos. El gran problema es que aunque muchos de los que se condiseran ostensiblemente contra el ISIS en la distancia, a saber, los poderes imperiales de la Coalición liderada por Estados Unidos, tienen un registro profundamente defectuoso sobre como intervenir en la región, por decirlo suavemente, y que las fuerzas progresistas locales están divididas y son débiles . Esas fuerzas que se han destacado por hacer frente a dicha embestida, han demostrado un valor excepcional: con esto me refiero a la gente de Kobane y la brillante estrategia de la resistencia kurda. Las mujeres kurdas que han tomado las armas, lanzando fuera las arcaicas restricciones patriarcales en el proceso, han inspirado a gente de todo el mundo por su coraje y resistencia.
Sin embargo, constituye una flagrante contradicción y una creciente anomalía que una de las mayores organizaciones kurdas, a saber, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), siga considerándose un grupo terrorista por Washington, Bruselas y Londres; y es difícil de creer que puedan seguir afirmando que la organización que hace frente al ISIS esté considerada en el mismo nivel con la marca «terrorista». Esto no sólo es absurdo, en realidad obstaculiza la lucha contra el ISIS. Lo que se necesita es una especie de frente popular contra el ISIS que es una amenaza equivalente a la representada por los nazis y el fascismo en Europa hace una generación. Así que ya es hora de que los gobiernos actúen con rapidez.
Es pertinente también añadir que la prohibición del PKK actúa como un obstáculo para el proceso de paz entre kurdos y turcos, así como el gobierno del AKP en Turquía actúa como un filibustero utilizando la prohibición como una excusa cómoda para retrasar negociaciones genuinas con los representantes kurdos. Sólo con la adopción de un proceso de negociación totalmente transparente se pueden curar las profundas heridas arraigadas y las divisiones estructurales en la conflictiva sociedad en Turquía. Por consiguiente, todos deberíamos incentivar dicho proceso para que realmente pueda tener una oportunidad de éxito, aunque a algunos les encantaría verlo colapsar, dado los intereses creados en el conflicto, pero los riesgos de no hacerlo son demasiado grandes y las consecuencias terribles para el país y la región.
Mientras que la prioridad número uno debe ser la de redoblar la lucha contra el ISIS, los gobiernos no deberían utilizar el pánico y así aprovechar la ocasión de introducir leyes antiterroristas draconianas e imponer nuevas restricciones a los derechos civiles, porque esas medidas no liberales han socavado la democracia y han llevado una alienación creciente que ha sido explotada en primer lugar por grupos como el ISIS. En realidad, el ISIS es la creación aberrante de décadas de injusticias, atropellos y de insensible intervencionismo explotador. Es el subproducto de la terrible historia del imperialismo que ha producido una cada vez mayor división entre los pueblos desarrollándose así un racismo y un odio irracionales. Estos odios a su vez han sido sostenidos por el intento de controlar a toda costa y asegurar un orden económico mundial profundamente injusto, independientemente del sufrimiento engendrado por todo el mundo. Es creer que esto pueda continuar de manera indefinida, pero es un problema insoluble que no puede ser eliminado fácilmente. Para sus adeptos el ISIS puede representar una forma perversa de resistencia a la indiferencia occidental a la injusticia, pero la organización es fácilmente capaz de llegar a ser utilizada como una herramienta para provocar aún más caos y divisiones que actúan para reforzar ese mismo sistema injusto que está supuestamente haciendo batalla contra ella. Por su puesto la resistencia genuina por supuesto viene por otra parte.
El artículo es interesante, pero, obvia el problema de Israel, origen y soporte de todos los demás…
Incluído el ISIS, que no toca a Israel » ni con el pétalo de una rosa». Por su parte, Israel le brinda asistencia médica y apoyo logístico.
Se puede obviar todo esto, que es de público conocimiento, a la hora de un análisis serio? No lo creo. Saludos.
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Muy buen artículo
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